"No hay nada repartido de modo más equitativo que la razón: todo el mundo está convencido de tener suficiente" René Descartes (1596-1650)
La parte de atrás de la tienda no estaba mejor iluminada, pero alcancé a ver un viejo escritorio con algunos papeles encima y un par de sillones maltratados por los años, las paredes se estaban cayendo a pedazos y aún así, me sentía más seguro que afuera.
- ¿Quieres un poco de agua? - dijo Anthony
- No, estoy bien.
-Que bien porque aquí sólo hay alcohol, me sorprende que llegaras hasta acá en una pieza.
- Yo estoy más sorprendido que tú, escucha, necesito tu ayuda.
- ¿Mi ayuda?, por más de 10 años no me necesitaste, ¿porqué ahora si?-dijo mientras caminaba por la habitación.
- Mira viejo, yo...
No sabía que decirle.
- Olvídalo, son tus asuntos. Es sólo que ha pasado tanto tiempo, está es la última situación en la que pensaba encontrarte de nuevo.
- No te culpo.
- Pero dime ¿a que viniste?, ¿estás bien?
- Sí, por ahora estoy bien, aunque no sé por cuanto tiempo, por eso vine a verte.
-Disculpe señor, el mensajero acaba de llegar, parece que Alexander de verdad está enfermo- dijo la asistente de James Howard
-Vaya, no mentía cuando llamó, de acuerdo, pero manténgalo vigilado. Sé que algo trama.
-Como usted diga señor.
-Ah, y dígale a Park que comience a revisar todos los sistemas de seguridad, no podemos perder tiempo.
-Enseguida.
-Vaya viejo, esta vez sí que estás metido en un lío grande.
-Sí, eso creo. ¿Me ayudarás?
-Te ayudaré, pero ha pasado mucho tiempo desde la última vez, no sé si estoy en condiciones.
-Ya nos las arreglaremos.
-Espero que estés seguro de lo que haces
-¿Qué quieres decir?
-Desde que te conozco nunca te interesó el poder, las mujeres o el dinero, aunque siempre los tuviste al alcance, tu siempre buscabas ese algo más que no podías explicar ni tener. Y ahora llegas con un plan para robarle dinero al hombre más poderoso del planeta, ¿qué te ha pasado?
-Los tiempos cambian.
-Ja, si claro, además, sabes que si algo sale mal estamos muertos.
-Yo mejor que nadie sé eso, descuida estaremos bien.
-Más te vale, porque si nos descubren yo mismo te asesinaré. -dijo Anthony entre risas-
-Suena justo -respondí, siguiéndole la corriente-
Después de acordar los últimos detalles, Anthony fue muy generoso al pedirle a dos tipos que me acompañaran para que llegara a salvo a la estación de autobuses, debo decir que no esperaba menos de él. El viaje de regreso fue igual de cansado que el de ida, las personas iban y venían, comenzaba a dolerme la cabeza -el hecho de que estuviera enfermo no me ayudaba- y la tarde no duraría mucho, así que tenía que darme prisa.
De regreso en la calle Grafton, di una vuelta a la manzana para asegurarme que no había nada sospechoso y entré a una pequeña tienda local a comprar cualquier cosa para despistar por si alguien estaba observando.
Una vez seguro en la casa, empecé a pensar en lo que Anthony me dijo: "¿qué te ha pasado?", "los tiempos cambian", nada más cierto que los tiempos cambian, aunque no sé si las personas cambien con el tiempo, ahora me formulaba la pregunta del ¿porqué todo este alboroto?, después de todo, exceptuando el hecho de casi secuéstrame en un hotel de lujo, el tipo no me había hecho nada, ...aún...,aunque por la forma en cómo me trataba y lo que mi otro yo suponía sobre él, no tardaría mucho en acabar en una bolsa para cadáveres.
Claro, ahí estaba yo, el paranoico de siempre, por un momento pensé que todo era absurdo, que lo mejor sería renunciar y buscar otro trabajo lejos de ahí, después de todo, ¿qué podía pasar?, a lo mejor simplemente el tipo era más paranoico que yo y se tomaba sus precauciones.
Entonces recordé ese archivo que había leído, se me estrujó el corazón al pensar que la mujer con la que soñaba era básicamente un producto.
-¿Pero aún así cuenta como mujer no?- dijo la parte más jocosa de mí -
Traté de reír un poco, esas ocurrencias espontáneas eran en parte lo que me mantenía cuerdo, o eso era lo que me gustaba pensar. No podía ser tan malo, quizá por fin llegaba el siguiente paso en la evolución del ser humano, quizá así tenía que ser.
Después vino a mi mente la última parte del archivo donde se especulaba la posibilidad de usar todos esos conocimientos con planes más siniestros. De nuevo el ser humano llevado hacía su autodestrucción.
Aunque no terminé de leer todo, debido al impacto que me causó su primera parte (y el whisky que me había tomado), recordaba un fragmento donde estaban escritas las posibilidades de crear individuos manipulables al antojo en todo sentido.
Esclavos desde antes de nacer, solo eso faltaba.
Anthony me convenció de que necesitábamos a un tercero que nos ayudara desde el exterior y aunque no muy convencido, al final acepté, después de todo él sabe más de ese tipo de cosas que yo por todo lo que le ha tocado vivir, ahora tenía que prepararme para dar primer golpe. Pero, ¿estaba listo?, en mi vida había hecho algo similar y no sabía qué hacer si algo salía mal, no había oportunidad de un plan B, todo tenía que salir bien o estábamos muertos.
No estaba seguro de porque lo hacía, el dinero era por lo que Anthony había aceptado, eso y supongo que las emociones que le gustaban ya no son tan frecuentes, no lo sé.... Ahora me preguntaba por qué era que yo lo hacía, ¿Era por ese sueño que había tenido? ¿Era por el dinero? ¿Era por creerme un héroe que salvaría al mundo de la manipulación de unos cuantos?, quizá una parte de todo.
Comencé a analizar los puntos a mi favor, la fortaleza física no era algo que estuviera de mi lado, y tampoco sabía utilizar un arma, esto iba a ser más difícil de lo que pensaba. Pero al menos estaba seguro de que mi mente no me traicionaría. Y además contaba con Anthony, lo que me hacía sentirme más seguro.
Todavía estaba el asunto de Kath, no es que siquiera tuviera oportunidad de que ella me notara, y menos con todo lo que estaba pasando, pero aún así ese pensamiento seguía en mi mente y no me dejaba. Lo mejor sería hacer de cuenta que nunca pasó, lo que de hecho aún no había pasado.
Después empecé a pensar positivamente, si todo salía bien, me quedaría con una gran suma de dinero y unas vacaciones permanentes en alguna isla perdida. Todo el mundo tiene un precio, y el mío era la fortuna de James Howard.
MMM... PUES 2-3.
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